Un día me comenzaron a decir poeta y yo me preguntaba si de verdad lo era.
Siempre lo he tomado a manera de burla, intento escribir, no lo niego, pero nunca me he considerado un poeta, creo que no lo soy, soy simplemente una persona que, como dice Lorca, siempre está a punto de llorar, y lo hace, lo hace con letras.
Creo que me falta mucho alcohol, marihuana y sexo para ser un poeta, porque eso es lo que vende ahora en un poeta ¿no? Ser el más malo, el que va contra la corriente, el que le escribe al amor en forma de su única rebeldía, y no niego que el verdadero poeta sea un rebelde, ese que desencaja en la sociedad, pues la literatura se hizo para eso, el arte se hizo para eso, para expresar lo más interno del humano, para mostrar el alma.
Yo no soy un poeta, aunque mantenga emocional, como ahora con lagrimas en los ojos por que por primera vez siento la soledad, aunque le dedique parte de mi tiempo a escribir, a retratar mis sentimientos y luego enseñarlos a unos pocos, ponerlos en estas redes para que al final sean olvidados y en últimas borrados, tanto de lo virtual como de las personas porque ya piensan que soy un engreído, todo por creer por unos momentos las palabras de los demás.
No. Yo no soy poeta, me faltan "huevos", no soy reconocido, ni viajero, no tengo un verso para cada hora del día, no me he enamorado de mil mujeres. Escribo para pasar el tiempo, escribo para mostrar mi lado oscuro, lado que se hizo más fuerte al creer que tenia un titulo, el de poeta.
¡Ni mierda! Yo no soy poeta. Yo soy un simple pendejo que duerme dentro de un sistema social, dentro de un sistema personal y cree que es dios, aunque se necesite mucho para entender esa idea, junto con mi idea de amor, con mi idea de amistad, de paz, de libertad, esas ideas que no escribo porque no quiero ser de nuevo mal llamado poeta, ahora poeta anarquista; no me sirve de nada llenarme la boca y las manos de palabras si llegan a nadie porque nadie ya me escucha o lee.
Me voy quedando solo y eso si que me hace menos poeta - no tengo quien me lea de verdad, no tengo a quién escribir y se estremezca -.
Mi idea era decir que poeta no soy, pero esto al parecer resultó una quejadera poética, un poco oscura, romántica, sentimental.
En fin, no soy poeta. Ya no soy ni yo.
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