sábado, 14 de abril de 2018

Décimo tercera Luciérnaga - Lost in translation - El triunfo de perderse


¿Alguna vez te has perdido y no te has dado cuenta que lo estás? Aunque suene a disparate, justamente ahí radica el problema y el encanto de esta producción de Sofia Coppola del año 2003.

Lost in translation, cuyo titulo en español fue Perdidos en Tokio, que a mi parecer calza muy bien con la esencia de la película, representa la sutilidad de la comunicación y también todo lo que puedes encontrar cuando intentas entender algo que se ha presentado como imposible, o sino piensa en todo lo que logras conocer cuando llegas nuevo a una ciudad y comienzas a caminar; Colon buscaba llegar a la India, se perdió, ni lo sospechaba, y aquí estamos.  


Bob (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) los protagonistas de esta historia son dos almas en medio de una metrópoli tecnológica y cultural, el lugar perfecto para estar solos, para desaparecer.

Bob, un actor de talla, ya bastante mayor, ha visto como ha perdido la pasión, por su profesión, por su matrimonio, que ha grandes rasgos se ha convertido en un ir y venir de comentarios que no trascienden más allá del típico saludo de un chat "Hola, ¿cómo estás? - Bien ¿y tú?".

Debido a su trabajo Bob ha llegado a Tokio para ser la figura publicitaria de un whisky japones. Entre grabaciones y sesiones fotográficas Bob acata lo que el director del comercial le señala. Esto es algo que Bob hace a lo largo de la película, acata sugerencias, de su manager, del director japones, al cual no le entiende ni la más mínima palabra, las sugerencias de su esposa y hasta las sugerencias de Charlotte.

Quizás una de las preguntas que pase por la cabeza de Bob es... ¿qué hago en Tokio, tan lejos de mi familia, de mi esposa, de mis hijos, de mi vida, debería irme? Él no entiende el idioma, los símbolos, las referencias, hasta que un día entiende algo, aunque no sabe que lo entiende, Bob está perdido, lo sospecha, por eso decide quedarse el resto de la semana, porque por fin comienza a entender qué es lo que siente.  


Por otro lado Charlotte es una recién graduada y recién casada, apenas comienza su camino en la vida, busca eso a lo que se va a dedicar por el resto de sus días, pero por el momento acompaña a su esposo en un viaje de trabajo fotografiando bandas musicales en Tokio, ellos también están de paso, ella también está perdida.

Mientras Bob cuestiona su meta en la vida y vive las consecuencias de sus decisiones, Charlotte se discute entre si lo que hace está bien o mal, se pregunta sobre sus decisiones, si las puede cambiar... el matrimonio es un paraje inexplorado para ella, cuestiona su relación, encuentra que sus amigos son personas lejanas, y no solo por la distancia, se da cuenta que al encontrarse tan lejos de casa la soledad personal se hace más grande, Charlotte no solo está lejos de casa, está lejos de sí misma.

A Charlotte le gusta caminar por las calles japonesas, conoce un poco la cultura, contempla los templos y la historia de la gente, ella quiere conocer, es una persona curiosa, ávida de conocimientos. Está estancada, esa quizá es la mejor palabra, por eso le cuestiona a Bob sobre el matrimonio, sobre tener hijos, sobre el trabajo y sobre todo, sin saberlo, sobre el estar con alguien más, porque ella no sabe si ese es su camino, si es lo que quiere o si es lo que va a querer.

El encuentro. 

¿Cuántos pueden ser los escenarios en los que se encuentren los protagonistas y amantes de un drama? ¡SÍ! Un ascensor, los protagonistas se encuentran y se sonríen, pensamos que justo en ese momento de estreches comienza la historia, pero resulta que ambos se bajan, cada uno en sus piso y tiempo después nos enteramos que Charlotte no recuerda ese encuentro, pero Bob sí. Después de ver la película y saber este detalle comencé a pensar ¿por qué él recuerda tanto ese encuentro? y es que a los espectadores ese momento se nos hace muy presente, claro, estamos viendo desde la perspectiva de Bob.
Los ascensores son trampas sociales, son cajas suspendidas en el vacío donde tu espacio personal es reducido; Bob, justo cuando se encuentra acorralado por aquellos pequeños hombres, entiende la diferencia y la soledad, por eso un pequeño gesto de simpatía le agrada tanto.

De aquí en adelante los encuentros comienzan a suceder cada tanto, en el bar, la piscina, lugares que permanecen inmutables, (en el bar siempre está cantando la misma mujer, la piscina es un lugar silencioso y de soledad) algo familiar que te quinte esa sensación de extrañeza que se siente cuando tienes una estatura más que la media y que tu traductora, pareciera que, no dijera lo que realmente quieres decir y la sensación de perder por completo la comunicación se hace más grande. Cuando por fin encuentras a una persona que minimamente te sonríe y te entiende, esta está igual que tu, sola. 


Amor y Soledad

Aquí quiero hacer mención a algo que vi cuando me disponía a escribir esto, claro quise primero ver si alguien más tenía un punto parecido al mío y lo que más me llamó la atención fue ver la palabra Amor como el sentimiento predominante y eso que une a los protagonistas, pero hay que tener cuidado, si esto es amor es uno que pocas veces se ha visto, no es ese amor romántico que nos hace suspirar y detener la respiración. La relación de los protagonistas no se desarrolla hasta el punto donde sean felices y coman perdices, porque ellos ya tienen una vida, y aunque pensemos que se quedaran juntos en Tokio o que huiran de sus parejas... ellos ya tomaron sus decisiones y si bien se han perdido en el camino, casi al final o justo comenzando, esta no es la historia de dos amantes en un lugar lejano. Sí, Charlotte le propone en algunas ocasiones a Bob que escapen, porque ella aun podría hacerlo, pero Bob no lo puede hacer, por más que en ocasiones quiera, Bob ya ha escogido el color de la alfombra de su estudio, tiene hijos y una esposa que se preocupa por él, tal vez han perdido la llama, pero Bob reconoce los buenos tiempos, Charlotte aun tiene camino que hacer.

¿Qué es lo que sienten el uno por el otro? En mi humilde opinión, pienso que es soledad. Es un sentimiento que los lleva a identificarse, algo que he intentado mencionar a lo largo de todo ese escrito; Bob ve en Charlotte los sueños que él alguna vez tuvo y ha podido cumplir, ¡vamos! que ella le teme a tener la vida de Bob, eso de tener hijos y el juntos hasta que la muerte los separe, una familia. Y bien, seré romántico y diré que se amaron, se amaron como se ama una linda experiencia que jamás volverá, si creo que puedas amar a una persona y dejarla ir, creo que es una muestra de amor diferente, sin desmeritar al amor pasional, erótico, romántico, etc. Amamos a las personas importantes de maneras diferentes.

Todo fue un Susurro al terminar  

Cuando por fin llegamos a la escena del beso la película se acaba, pero no sin antes dejarnos en una intriga total, gracias a un pequeño susurro que muchos han buscado como escucharlo, yo he decidido dejarlo así, porque creo que representa la tesis de la película, esa imposibilidad para traducir los sentimientos adecuadamente, el publico se queda sin saber qué es lo que se dice exactamente, cuáles son las últimas palabras que le regala Bob a Charlotte y que la hacen llorar, pero eso que ha sido intraducible para nosotros, para los personajes es la comunicación perfecta, por fin se da ese beso tan esperado y posiblemente se vea ese amor del que tantos hablan, porque dejaron de estar solos, aunque fuera por un breve instante.

Se me antoja decir que Tokio es igual que ellos, lo nuevo y lo viejo que encuentran armonía a su manera y a pesar de todo lo diferentes que son se juntan, pero no terminan por mezclarse hasta desaparecer. Y tal vez podría hablar de muchas cosas más sobre esta película, como su banda sonora y el silencio que se aprecia de una manera impecable, largas escenas sin música de fondo, solo el silencio que comunica, nos podemos meter en la piel de Bob y entender lo complejo que es estar sin querer estarlo, no entender nada y cómo Bob y Charlotte se encuentran siempre donde hay música.

Conclusiones 

El final se parece mucho al comienzo, por eso Bob y Charlotte estando completamente perdidos t estancados en sus vidas logran comunicarse mediante intermediarios, los karaokes, los bares, la comida y es que no se besan por eso, porque es sencillo comenzar a sentir algo por alguien con el cual te puedes comunicar, pero eso no pasa entre ellos, continuamente están huyendo, perdidos en su propia traducción, por eso las tontadas en el ascensor, en la piscina, en el karaoke, en el bar, en la calles, pero todo tiene su final y ellos lo saben, aunque Bob alargue su estadía en Japón sabe que tendrá que dejarla de ver, así como Charlotte sabe que también un día su esposo volverá de trabajar y se irán de nuevo a casa. 

Perdidos en Tokio o Lost In Translation (digale como quiera) no es que sea la más grande las historias, sus personajes tampoco son increibles y oridginales, me recuerda mucho a ONCE e incluso a la aclamada La la land, incluso leí criticas sobre su apreciación de la cultura japonesa, pero es que al final muchos vemos al país de esa forma, es lo más romantico que a veces logramos ver a los japoneses, piensa en lo que más te aterra de estar un día en Tokio y para mi es la incomunicación, esta cultura nos llama pero también nos aterra un poco, sus grafos tan diferentes, su acento, sus tonos, su apariencia. 

Lost In Translation es una ventana a la comunicación en medio del caos, de una ciudad que siempre está envuelta en luces y apuros, un mundo extraño, no cabe duda. 

Camilo Mendoza.



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